La AOA fue creada en 1896 y cumple desde entonces con su principal misión: contribuir a la salud bucal de la población a través de la enseñanza de grado y posgrado, favorecer la investigación y difundir la actividad científica
A fines del siglo pasado, la generación del ’80, estaba construyendo el país. Corría el año 1896, apenas 43 años después de la Constitución. La luz eléctrica recién llega a Buenos Aires, todavía circulan algunos tranvías a caballo. Es la época de la galera y levita.
El 5 de noviembre de 1896, convocados por el dentista Santiago Somerville, se reúnen en su domicilio, trece dentistas y deciden fundar la Sociedad Odontológica del Río de la Plata, hoy Asociación Odontológica Argentina.
No eran muchos, apenas sobrepasaban los 70 dentistas habilitados, incluyendo las primeras camadas de egresados de la Escuela de Odontología inaugurada en 1892, pero con entusiasmo, decisión y esperanza se propusieron llevar a cabo los objetivos gremiales, científicos, técnicos y mutuales, de sus estatutos: celebrar conferencias de interés profesional y divulgarlas en una revista, como todos los escritos de utilidad, fundar una biblioteca, un museo y celebrar clínicas. Fomentar y proteger a sus miembros contra cualquier censura injusta a juicio de la Asociación, combatir y perseguir el ejercicio ilegal. Gestionar ante las autoridades la adopción de toda medida benéfica para la profesión y proteger a sus miembros pecuniariamente, en caso de quedar imposibilitados para el ejercicio de la profesión
Se renuevan sus dirigentes, muchos participando también de los aires progresistas de la Escuela de Odontología con la posibilidad del ingreso del dentista al profesorado. Se crea el Museo, se habilita la Biblioteca y la Clínica y la Revista. Revista Odontológica que en el 1953 se llamará Revista de la AOA y que será a través del tiempo, vocero calificado de nuestro progreso científico y técnico.
La utopía se ha hecho realidad”, se escribió con euforia en 1925 cuando se concretó el sueño de la casa propia con la compra de la propiedad de Junín 959 que amplió las posibilidades de progreso, que después con remodelaciones, demoliciones y la compra del edificio vecino en Junín 955, se tienen las bases del engrandecimiento edilicio cuya primera etapa se cumple con la inauguración del moderno local social en 1969. Edificio que vuelve a crecer gracias a la compra e inauguración de la casa situada en Junín 963, en 1996.
La experiencia positiva de la AOA sirvió de ejemplo para la constitución de nuevos círculos, especialmente después de 1933 con el envío de delegaciones de demostradores al interior del país.
Una de las primeras medidas es denunciar la actividad desenfadada de quienes con falta de toda delicadeza ética colocaban en sus anuncios precios de sus intervenciones, o recorrían en carruajes con presencia charlatanesca barrios realizando públicamente extracciones y vendiendo elixires sin olvidar a los peluqueros que hasta las primeras décadas de este siglo participaban en la exodoncia. Con severidad puritana a pesar de ser pocos, la Sociedad expulsó a varios reincidentes en la criticada publicidad.
El leitmotiv principal fue “moralizar el ambiente profesional hasta donde lo faculten los reglamentos”, y así en el curso de los años se realizaron campañas contra el cartel desmedido, de la limpieza de las guías telefónicas de los falsos dentistas, vigilancia ética que culminó con el primer Código de Ética profesional entre nosotros (1930) más tarde Código de Deontología
Su fluida relación con sociedades colegas profundizando la cooperación, se manifiesta ampliamente en los convenios de reciprocidad interinstitucional que en la actualidad rigen con círculos del interior del país.
En este somero balance de la trayectoria de la AOA se entremezcla la participación o el liderazgo en la búsqueda de soluciones a los complejos problemas gremiales, docentes universitarios, socioeconómicos o los netamente societarios pero manteniendo siempre la línea ideal que le dio el prestigio que se merece.
Más información www.aoa.org.ar