¿Cómo enfrentamos la abundante desinformación en las redes sociales y los medios masivos? Científicas y científicos de la UBA se han propuesto la tarea de estudiar la proliferación de las noticias falsas o “Fake News” en tiempos de pandemia, para desalentar sus peligrosas consecuencias. ➡️ http://www.uba.ar/noticia/
Hay que enseñar a dudar de las noticias o audios que no posean fuentes o que nos generen miedo y angustia en este momento tan delicado. Las noticias falsas se combaten con educación, en ese sentido la caja de herramientas de la plataforma ConfiAR es muy acertada”, sostienen las biólogas de la UBA Soledad Gori y Belén Almejún.
En esta etapa excepcional que estamos transitando con la expansión del coronavirus, las noticias falsas abundan y abruman, e incluso logran opacar la información científica real. Proliferan audios falsos que difunden información sobre posibles tratamientos que no han sido probados, videos con remedios caseros sin base científica recomendados por supuestos médicos, hasta medios levantando información aún sin comprobar. La infodemia, el “virus” de esta profusión engañosa de las noticias, se apodera de los medios y las plataformas digitales, multiplicándose de manera desenfrenada
Científicos de la UBA emprendieron la tarea de desmentir las fake news, preocupados por las graves consecuencias que resultan de la circulación de información falsa sobre la pandemia de COVID-19, ya que son una amenaza para la salud pública. Hasta el momento, han trabajado con todos los formatos, cadenas, videos, audios y noticias en medios masivos.
Hablaron con Soledad Gori, doctora de la UBA, especializada en Inmunología y docente exclusiva de la Facultad de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, y con Belén Almejún, licenciada en Ciencias Biológicas y especializada en la UBA en Biología Molecular, quienes llevaron adelante la tarea de organizar un grupo de trabajo en el que se articulan los conocimientos de la Inmunología, Virología y Biología Molecular para examinar estas noticias:
La iniciativa fue bien recibida en el CONICET, y actualmente forma parte de la plataforma ConfiAR, un espacio dedicado a la verificación de información creado por la Secretaría de Medios y Comunicación Pública y desarrollado por la Agencia Nacional de Noticias Télam.
“Hay que enseñar a dudar de las noticias o audios que no posean fuentes o que nos generen miedo y angustia en este momento tan delicado. Las noticias falsas se combaten con educación, en ese sentido la caja de herramientas de la plataforma ConfiAR es muy acertada”, sostienen las biólogas.
Detección y combate de noticias falsas
El grupo de trabajo está conformado por 16 biólogos, biotecnólogos y bioquímicos. Algunos aún no se conocen personalmente, pero hablan más entre ellos que con sus propias familias.
En el marco de la pandemia, se dividieron en tres comisiones de trabajo. Por un lado, una recaba información falsa o preocupaciones de la población en general, mientras otra obtiene trabajos científicos que avalen o desmientan la información en circulación, y una tercera encargada de adaptar el contenido científico para la comunicación pública.
Es decir, desarman lo que se afirma como cierto de lo que es dudoso, y a partir de eso, realizan búsquedas bibliográficas que avalen o desmientan dicha información. Además, sumaron una cuarta comisión que realiza tareas en redes sociales, (pueden encontrarse como @anti__fakenews en Instagram, Twitter y Facebook), donde se publican los contenidos ya publicados en la plataforma ConfiAr, así como material relacionado en forma de placas y videos explicativos.
Estas noticias tienen su base en miedos que abundan en la población. No citan fuentes, dicen verdades a medias, poseen títulos alarmistas y generalmente negativas. Cuando no se cuenta con las herramientas para determinar qué es verdadero y qué no, se viralizan, y más aún en esta era de la sobreinformación.
“Se toman algunas verdades, pero las mezclan con miedos y angustias reales de la población. Por ejemplo, las teorías sobre conspiraciones son una estrategia social muy eficaz para lidiar con la incertidumbre, ya que siempre resultan verosímiles. La infodemia, como dice la plataforma ConfiAR, es un mal que nos acecha como sociedad y corre a mayor velocidad que el virus, invade con noticias poco confiables, maliciosas o falsas, que aumentan el pánico, alimentan la angustia o promuevan conductas incorrectas”, comentó Almejún.
Sin embargo, los científicos tienen siempre en consideración que el virus SARs-CoV-2 es un virus tan nuevo que la información cambia de manera muy dinámica, por lo que no toda información puede determinarse como estrictamente verdadera o falsa, porque no se cuenta con suficientes estudios, o los que existen no son del todo concluyentes.
Por esta razón, en la plataforma existe información “apresurada”, que se basa en trabajos preliminares, por lo que no puede confirmarse su veracidad. Esta última es peligrosa, y debe ser tratada con cuidado durante la difusión. Este es el caso, por ejemplo, de los antihipertensivos, ya que no se encuentra probado su rol en el desarrollo de la enfermedad COVID-19, por lo que es imprescindible que las personas no dejen de tomar el medicamento cuando no existe evidencia científica comprobada que respalde dicho desuso.
“Las noticias en las que se dan por hecho datos que aún están en estudio, son las que consideramos las más traicioneras para la población, no solo por alarmar sino porque también alimentan la desconfianza sobre la información y recomendaciones oficiales que cambian mientras se avanza en la pandemia”, explicó Soledad Gori.
“Hemos trabajado con noticias falsas que hablan de la creación del virus en laboratorios, cadenas que llegan a los chats donde se señala que las infusiones calientes inactivan el virus, que el virus no se transmite en espacios públicos, que las mascotas pueden transmitir el virus a los humanos y hasta una noticia que decía que si tomabas agua cada 15 minutos evitabas la infección. También hemos visto cómo periodistas usaban mal los elementos de protección personal, sosteniendo su celular con guantes. O cómo los medios masivos replican información que aún está en estudio”, agregó Gori.
La información falsa puede, además, generar un efecto contrario al de alarma, es decir de laxitud: puede causar que la gente se relaje y no respete las medidas de distanciamiento físico.
Qué hacer ante la desinformación
Las científicas recomiendan que la población visite los sitios oficiales, que brindan información científica confiable de la CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos, el de la Organización Mundial de la Salud o del Ministerio de Salud argentino, y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación o del CONICET.
Es de vital importancia la mirada crítica, no reenviar aquello que fue recibido a través de las redes sin ponerlo en duda y chequear previamente la noticia. Además, es importante destacar que la información puede cambiar de forma constante: la que hoy es “apresurada” puede ser verdadera mañana, por eso es importante consultar las páginas oficiales.
“Esperamos que esto sea el puntapié para que se organice desde el CONICET un grupo interdisciplinario que se encargue de esta tarea tan necesaria en tiempos de infodemia. Además, creemos necesario y valioso que este proyecto se expanda en todo el territorio argentino, haciendo de la lucha contra la infodemia una iniciativa federal”, comentó Gori con compromiso y esperanza
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